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Sumergido en el alcohol, algunas imágenes caen como gotas golpeando mi rostro, algo de esta droga es como la redención: observo paraísos pisando cadáveres, por que es necesario morir para conocer un poquito de dios, a veces es necesario matar para entender un poquito mas al mundo de hoy.
Sin embargo, aun ahora, todo esta bien, la locura se disipa con el ron, mientras impongo en mi cara otro rostro, para enfrentar lo real.
Ya que aquí no puedes seguirme, ni tu, ni tu ley, ni tu dios, puedo acurrucarme entre las paredes de mi encanto y agradecer a cada una de las espinas, de la vesania y de la humillación.
Puede que las imágenes vuelvan a armarse pero en desorden, así es la desesperación, una salida, tan solo una luz o una esperanza y tendrá el mismo efecto que pasarse por el cuerpo desnudo un alambre de púas, bañándose inmediatamente en sal y ahogándose en ron, solo déjame aquí!, entre la oscuridad, lo húmedo y el sopor