Hacia mas de dos meses que no había salido de mi casa de la manera furtiva y salvaje con las que estuvieron acostumbradas mis noches, tal vez el encuentro con la enfermera y aquello que ella me dio, algo de sacrificio y voluntad hacia otro ser que no era uno mismo, algo de eso se impregno en mi, y yo no tenia por quien luchar, entonces aunque me cueste aceptarlo empezaba a extrañarla, sin ella tampoco tenia sentido de nuevo la violencia, aquellos tres meses que fueron mas que sexo y juegos tiranos, tenían en sus intervalos momentos de ternura que no entendía, como cuando lavaba la ropa de su hijo y la mía sin pedir nada, ya no sentía la necesidad e emborracharme, hasta compraba cosas para la casa, y evitaba las calles oscuras, y todo por ella por que no quería que saliera lastimada ni que se fuera No entendía por que dependía de ella, y del pequeño que hasta me hacia sonreír cuando intentaba resolver algún ejercicio o me preguntaba que significaba la palabra hiperdulía, me fui yendo a la cama temprano y el sexo se fue volviendo menos salvaje, empezábamos a decirnos con sobrenombres comunes, yo le decía “chola prepara la cena” y ella me decía “mi amor vas a llegar tarde?”; me vi a mi mismo viviendo una vida absurda pero feliz a su lado, no se que me había pasado en que momento termine vendiendo libros de casa en casa vestido de uniforme y corbata, lo único que se es que no volví hacia su casa otra vez, y ella tampoco busco encontrarme; no cambie mi numero y no volvió a llamarme, creo que lo esperaba, pero entonces que me paso?, buscaba un hogar, necesitaba un hogar, desesperadamente aparecí ahí después de dos años de desaparecer, y al abrir la puerta todo fue como el cine mudo, mi padre llorando y mi madre abrazándome, los hermanos abrazándome, todos se abrazaban demasiado brazos mierda y yo ponía mi mejor cara de hijo prodigo, entonces paso lo que tenia que pasar, me vistieron me alimentaron, hicieron un futuro para mi, al que yo accedí sin reclamar, a veces me amonestaban pero luego volvían el rostro y me abrazaban otra vez como si fuera algo demasiado preciado, quizás fue eso lo que terminó alejándome de la enfermera.
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